21 años después de su último material inédito (Up) recibimos el nuevo álbum del compositor inglés Peter Gabriel, que luego de 37 años vuelve a ser el Nº1 en ventas en el Reino Unido, en ese entonces fue So, ahora es I/O.
Llega el último mes del año 2023 y con él el último material del músico emblemático cantante de la extinguida banda Genesis, en mi celular me llega una notificación, es mi amigo Fabian de la tienda Sonar que me dice que venga a buscar el disco de Peter Gabriel. Luego de breves minutos estoy en su tienda para tomar en mis manos lo último de uno de mis artistas favoritos. El disco como nos tiene acostumbrados en sus últimos lanzamientos, tiene una manufactura y diseño impecables y además viene con una sorpresa, mejor dicho varias sorpresas.
Para comenzar cabe mencionar que desde enero de este año el artista comenzó a lanzar una a una las canciones siguiendo las faces lunares (son 12 canciones), así fue como sus fanáticos fuimos conociendo vía streaming las canciones que configuran el álbum completo, pero además el 1 de diciembre se lanzaron dos versiones del álbum, una versión «iluminada» y otra «oscura» de remixes del álbum, siguiendo las caras de la luna. Aunque casi idénticas ambas ediciones tienen leves diferencias ya sea el diseño de sus discos (uno de color fucsia el otro celeste) pero además son versiones distintas de las canciones, el Dark u oscuro claramente con tonalidades y sonidos más «obscuros» que nos hacen recordar su último trabajo del 2002 Up.
Otra sorpresa es que en el libro incluido en el disco se exponen varias piezas de arte correspondientes a diferentes artistas, cada una acompaña una canción, al más puro indibur cuando mezclamos obras artísticas con textos, esto es una maravilla por parte del diseño y todo el concepto del álbum, que lo hacen ya desde su diseño e ideación una pieza magistral. Siempre este buen gusto que rodea cada pieza del artista inglés, ya sea por sus portadas, imágenes hasta llegar a su música, se agradecen enormemente, porque hacen de un disco algo que va más allá de solo música y el artista británico es uno de los que mejor entiende esto.
Llegando a la música nos encontramos con un músico maduro, su voz profunda que te llega al alma se mantiene intacta a pesar de los años, y la música que acompaña es la misma que el artista desde OVO nos tiene acostumbrados, mezclando instrumentación de alta calidad con música electrónica y un ambiente oscuro que rodea cada composición. Quizá encontremos un poco de sus discos antiguos de los 80 o 90, pero según mi opinión encontramos más del Gabriel de los 2000, con discos como OVO (2000), Up (2002) y algunas de sus colaboraciones para películas. Los músicos son los mismos que lo acompañan en las ultimas décadas en sus presentaciones como el excelso Tony Levin de King Crimson al bajo, pero resalta esta vez la colaboración de Bryan Eno en la apartado sonoro tan particular en el uso de sintetizadores y mezclas que llenan de espacio mágico cada pieza que toca.
Sus letras nos hacen ver a un artista mucho más maduro que en sus anteriores entregas, profundamente inmerso en el mundo actual, el cuidado de la naturaleza y el compromiso con el miedo ambiente, una de sus canciones se la dedica a su difunta madre, donde nos entrega una emotiva carga sentimental, que acompañada con su voz nos logra sumergir en un ambiente familiar, cercano, hogareño, como su canción Father and son que le dedicó en otro álbum a su padre.
Musicalmente no representa nada nuevo en su carrera, ya quedaron atrás los años de experimentación del Security (cuarto disco de Peter Gabriel sin título) donde el artista se nutría por los sonidos africanos o en su disco Passion donde hacía sus primeras incursiones en el mundo de la electrónica, ahora tenemos un Peter Gabriel que aburrido de innovar, hecha mano a lo que más conoce, buenas melodías, letras de gran sentido humano y un trabajo sonoro como pocos artistas de la actualidad llegan a alcanzar.
Su título i/o hace referencia al in – out de las conexiones electrónicas de sonido, y no solo, sino que también nos habla de una conexión con nuestro mundo actual, o bien desconexión, en un mundo tomado por el internet y las redes sociales donde nos sumergimos cada día más en «la nube» y el mundo de las No- cosas como relata el libro del filósofo Chul Han.
Sin duda un gran trabajo del artista que por décadas nos sigue sorprendiendo en cada uno de sus lanzamientos, por su manera de entender y captar el mundo a través de sus canciones y trabajos visuales.
i n d i b u r 