La gran noticia de esta semana ha sido la violencia que se ha generado en Oriente Medio debido a un video colgado en Youtube que ridiculiza a Mahoma. Aunque esta supuesta película difícilmente pueda ser considerada arte, nos demuestra como una obra logra influir en la opinión pública y como en casos extremos puede generar revoluciones, causar molestias públicas e incluso influir en personajes históricos.
Maquiavelo, Marx y Engels, Hitler, Chaplin, Orwell, Saviano, etc. Todos ellos son autores de obras que han dado que hablar a sus contemporáneos por sus mensajes políticos y sociales, algunas de ellas estudiadas hasta nuestros días, como es el caso de “El Príncipe” de Maquiavelo, un legado de estrategia no solo de guerra, sino que de comportamiento que todo gran líder debe conocer.
En esta ocasión nos centramos en la época de la Segunda Guerra Mundial, donde vimos los más grandes horrores de los que ha sido capaz la humanidad: campos de exterminio, bombas nucleares y ciudades completamente destruidas. En este periodo oscuro dos artistas surgieron y alzaron su voz contra las tiranías, sin importarles las consecuencias que esta rebeldía podía conllevar.
OBRAS POLÉMICAS PARTE I:
EL GRAN DICTADOR | REBELIÓN EN LA GRANJA
Corría el año 1940, la Segunda Guerra Mundial se volvía cada vez más cruda después de un año de enfrentamientos: Alemania construye el campo de concentración de Auschwitz, los Nazis invaden Dinamarca, Noruega, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, comienzan los bombardeos de Berlín por parte de los aliados e Italia finalmente le declara guerra a Gran Bretaña y Francia.
En medio de este clima de caos, destrucción y terror, un joven director inglés erradicado en Estados Unidos decide filmar una película muy diferente a sus predecesoras. La filmación comienza con extremo secretismo ya que la embajada de Alemania en EEUU se opone firmemente a la realización de este filme. Esta institución conoce el tema de la película y sabe que el director tiene un largo curriculum de comedias aparentemente inocentes, pero que guardan fuertes mensajes de crítica contra la sociedad, la injusticia y la pobreza.
Es así como el 15 de octubre de 1940 se estrena en Nueva York “El Gran Dictador” dirigida y protagonizada por Charles Chaplin.
A pesar de ser la película con más recaudación del director y ser un éxito total de taquilla, Chaplin fue duramente criticado ya que por ese entonces Estados Unidos era políticamente neutral y, por el momento, quería seguirlo siendo, así que una producción tan abiertamente antihitleriana no les acomodaba. Eso hace que Chaplin, de ideas tendencialmente izquierdistas, comience a sufrir un acoso por parte del Comité de Actividades Antiestadounidenses que lo llevará a autoexiliarse el año 1952, con destinación a Suiza, país donde vivió hasta su muerte el año 1977.
Cinco años después la guerra llegaba a su fin, las fuerzas Aliadas, al mismo tiempo que la Unión Soviética, daban los golpes finales en Francia y Alemania respectivamente, concluyendo el conflicto bélico más grande y cruento de la historia. El clima político en Inglaterra es más relajado, se comenzaba a planificar la reconstrucción no solo de la ciudades, sino que del mundo moderno. A pesar de ser ideologías bastante distintas, era normal que los ingleses sintiesen cierta simpatía por los soviéticos, ya que la colaboración de las dos potencias había decantado la suerte a su favor. Por otro lado George Orwell, ex militar y afamado escritor ya por ese entonces, profundamente marcado por las injusticias sociales (lo cual lo llevó a profesar un pensamiento antitotalitarista que plasmó en sus escritos, sobre todo los últimos años de su vida), escribía en ese periodo las obras más trascendentes de su carrera.
El más osado de estos libros fue sin duda “Rebelión en la Granja”, publicado el año 1945 aunque permaneció casi desconocido hasta 1950 aproximadamente. En este libro de lectura simple, casi infantil, se esconde de manera muy poco sutil una critica violenta hacia la revolución y el posterior régimen soviético. No fue fácil para Orwell publicar su obra, las editoriales tenían miedo de imprimir tal relato ya que la opinión pública podía hundirlos e incluso temían que tal obra pudiese perjudicar las relaciones anglo-soviéticas. Hasta el mismo Orwell, antes de terminar de escribir el libro, ya tenía claro que no iba a ser fácil, aunque se lo tomaba con filosofía como podemos leer en una carta que le envió a un amigo y antiguo profesor de la universidad: “Estoy escribiendo un librito que espero le divertirá cuando aparezca, aunque me temo no va a tener el visto bueno político y por ello no estoy seguro de que alguien se atreva a publicarlo. Tal vez por lo que le digo adivine usted el tema.”. Finalmente, y después de cuatro intentos, la editorial Secker & Warbug decide publicar “Rebelión en la Granja” en agosto de 1945. George Orwell muere cinco años después de tuberculosis, enfermedad que contrajo en su época de pobreza más extrema en la ciudades de París y Londres.
Giuseppe Paganini.
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