Uno de los villanos mas grandiosos y misteriosos del mundo del cómic, es secuestrado por el mundo de Hollywood para crear una historia que estaba de más, desde el punto de vista de la narrativa y del universo Batman.
Muchos de los fanáticos de la saga de Christopher Nolan cuya obra cumbre es El caballero oscuro, concordamos que el personaje interpretado por el desaparecido Heath Ledger llevó el personaje del joker a un nivel inalcanzable, eso tanto por la actuación del actor australiano que le valió un Osar póstumo como por el guión de la película. El joker de Ledger antes de hacerle daño a cualquiera de sus víctimas tenía la muletilla de revelar el por qué se habría hecho a sí mismo las cicatrices dejando su diabólica sonrisa, pero siempre relataba una historia distinta manteniendo de esta forma el velo del misterio del personaje. Esto porque los creadores del film sabían del tesoro que se escondía detrás del joker y lo respetaban manteniéndolo en la completa oscuridad.
Una década más tarde nos encontramos en la actualidad con un director que rompe ese velo de misterio y toma para sí una historia para desvelarla y darle un significado a un símbolo del mal, del caos y de la locura como lo es el guasón.
No nos olvidemos que no es el primero, el joker de Tim Burton comienza como una especie de gánster de Ciudad Gótica y luego de una caída al ácido queda convertido en el monstruo que todos conocemos, extrañamente por lo demás queda desfigurada su cara dejando una sonrisa imborrable en su rostro. El intento de Burton no molesta tanto, al menos no me molestó en su momento, por tratarse de una parte de la trama donde se cuenta el origen tanto de Batman como del joker y donde están ambos directamente enlazados, al ser este último el asesino de los padres de Bruce Wayne.
En cambio en el film interpretado por Joaquin Phoenix lo que se intenta hacer es darle una profundización del matiz psicológico del personaje y contar una serie de hechos que hubiesen llevado a Arthur Fleck a un comportamiento psicopático y sentimiento de injusticia frente a la sociedad haciéndola culpable de su estado, el arco del personaje que transita desde el sentimiento de derrota, del bullying y la rabia hacia los demás, que lo convierten en un resentido frente a la sociedad y lo termina desequilibrando mentalmente.
Mucho se ha criticado el alto clima de violencia de la película y que este podría causar o motivar a generar actos vandálicos, acusaciones que no comparto en cierto sentido, ya que eso se podría aplicar al 90% de las películas hollywoodenses, lo que sí comparto es que si el director quería hacer una película a la altura de La naranja mecánica, Taxi Driver o Atrapado sin salida, además que los tiempos de hoy no están para eso, son obras maestras totalmente inalcanzables desde cualquier punto de vista. Nombro estos tres ejemplos porque son películas que claramente son refenciadas en el filme del Joker y que son símbolos de la rabia contra el sistema, del outsider y que de algún modo muestran un personaje con el cual uno logra reflejarse y empatizar hasta el punto de llegar a verlo como víctima de un sistema donde no cabe lugar a la diferencia. Eso dejando claro que todos los perfiles de los protagonistas de estas tres películas poseen un comportamiento violento, maléfico o de extrema rebeldía, sobre todo el personaje de Alexander Delarge, que desde el primer momento de la película nos muestra su mirada penetrante e inquietante tomando una especie de leche con LSD en un bar psicodélico y surrealista.
En su momento el director Stanley Kubrick reveló arrepentirse de haber hecho esta película, por los hechos vandálicos que se generaron en Londres en la fecha de su estreno allá por el año 1971, más allá de creerle o no su genuino arrepentimiento, marcó un punto de precedente para todos los directores y productores que quisieran hacer una película donde el personaje principal fuera un psicópata.
Si hablamos desde de perfiles psicopáticos de la pantalle grande no podemos dejar de hablar de Hannibal Lecter, una pieza magistral lograda por el gran Anthony Hopkins, donde el terror psicológico llega a tal punto que no es necesario ver una escena violenta o nada símil, sino que basta sentir terror con verlo encerrado en una jaula de cristal y sentado de forma aparentemente apacible.
En fin, si había un actor que no necesitaba una película para demostrar sus dotes actorales, ese era Joaquin Phoenix, si había un villano que no necesitaba que ahondaran en su interior psicológico e historia personal ese era el joker y si había un ingrediente que estaba de más sumarle a esta ya violenta y enrabiada sociedad, ese era el de una película como Joker, por esta simple razón me he planteado no ir al cine, no verla y hacer como si esta película jamás hubiese existido, o sea tratarla como una película totalmente innecesaria.
Rodrigo Ertti.
Si hay algun adjetivo ajeno al arte es si es necesario o no y mas si quien quiere encasillar bajo ese parámetro no vio’ la pelicula
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En realidad ningún adjetivo es aplicable al arte o al menos no debería serlo, en eso comparto con su apreciación, al final depende del espectador y de su interacción con la obra. Mi intención no era analizar ni mucho menos criticar la película, sino que poner en duda el por qué se hace una película como esta, más allá de las ganancias económicas claro está. Mi intención era debatir si era necesario ahondar en un personaje cuyo misterio es algo intrínseco y casi necesario. Saludos y gracias por tu comentario.
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