Michel Serres (1930) es uno de los intelectuales más connotados y respetados de Francia, un filósofo especializado en el estudio de la epistemología o estudio del conocimiento. Pero catalogar a Serres como un simple filósofo sería una aberración, ya que en su vasto curriculum encontramos que perteneció a la marina francesa en la década los 50′, doctor en filosofía (obtuvo su doctorado en filosofía por una tesis sobre el pensamiento de Gottfried W. Leibniz), historiador de diferentes ciencias como la matemática, la física y la biología, nómade, viajero, profesor de La Sorbona y finalmente podríamos mencionar, un escritor. Además de ser uno de los 40 «inmortales» al ocupar desde el año 1990 la butaca número 18 de la Académie française, una de las instituciones más antiguas de Francia, fundada en 1635 por el cardenal de Richelieu, con la finalidad de preservar la lengua francesa.
Es un autor prolífico, con una obra que supera la cuarentena de títulos, siendo entre los más conocidos su serie de Hermés (el dios griego Hermes o Mercurio en la mitología romana) con los cuales anticipaba el mundo de hoy a finales de los 60, hablando sobre los principales temas que vendrían en las siguientes décadas, en sus tomos Hermés sobre: La comunicación, La interferencia, La traducción, La distribución.
Su referencia al dios griego, se debe a que en la base de las ideas de Serres ni la filosofía ni la biología ni la física ni ninguna otra ciencia puede en la actualidad dar una respuesta absoluta a los grandes enigmas de la humanidad, debido a esto las respuestas las debemos encontrar en la fusión o interacción de las diferentes ciencias y áreas del conocimiento. Los nodos o puntos de enlace entre diferentes entes de comunicación, son más importantes que el mismo mensaje o los puntos de comunicación. Aquí es donde aparece la figura del dios Hermes, el heraldo alado de los dioses y sobre todo porque el dios mensajero es también protector de las fronteras, esto llevado a la obra serreriana significa el deseo de derribar todas las fronteras del conocimiento, con el fin de unificar todas las disciplinas en una sola y única dirección.
Su prosa está considerada entre las más hermosas y a la vez más enigmáticas de la lengua francesa, de lenguaje tan complejo y vernáculo que algunos la han llegado a considerar como intraducible. Por esta razón en español se han traducido -lamentablemente- pocos de sus libros. Entre sus complejas obras que entremezclan la naturaleza, el arte, la tecnología y la filosofía, encontramos el libro Le tiers-instruit (1991).
El tercer instruido entra en el género de obras inclasificables, ya que es la combinación de un ensayo filosofo-científico, con retazos de novela picaresca, con la participación de algunos personajes de la Commedia dell»arte.
La historia comienza con un singular personaje, un viajero espacial simbolizado en la mítica figura del arlequín. Este arlequín lunar, es llevado a una especie de conferencia de prensa, donde la gente comienza a hacer preguntas a cerca de sus viajes, y aquí es donde comienza la surrealista historia del tercer instruido o The Troubadour of Knowledge (el trovador del conocimiento) en su versión en inglés.
A la primera lectura parece un cuento infantil, o una historia de ciencia ficción, pero a la vuelta de tuerca nos percatamos que estamos frente a un fluido constante de conocimiento, verdades esenciales y sobre todo en la mente de un sabio que nada tiene de sabio, un científico que nada tiene de científico y un francés/gascón que nada tiene de francés/gascón.
Esta figura del arlequín espacial, representa para Serres la figura del mestizo, porque para el filósofo francés, somos la mezcla de diferentes culturas, lenguas, tradiciones, estudios y mundos. Estamos compuestos por infinitas capas que nos protegen o nos alejan de nuestro exterior, capas o retazos que al igual que la capa del arlequín, se presentan de diferentes colores, edades, etnias, materialidades y realidades.
Incluso nuestro lenguaje se compone de muchas capas, o lenguas como declara en una entrevista: «Hay muchas lenguas en una lengua, lenguas relativas a los oficios, lenguas de especialidades: existe un francés comercial, un francés administrativo, un francés científico, o más aún, un francés de la biología, de la química, de la Historia Natural, de las matemáticas, de la física nuclear […]»
Con el símbolo del arlequín, Serres no nos está hablando de la Posmodernidad y el pegoteo barato de distintas artes o disciplinas que la convierten en una masa informe y ecléctica, sino que nos está hablando de algo mucho más profundo y sobre todo más actual: el individuo del siglo XXI como un ser mestizo y con esto, universal. Este ser nómade, viajero, aventurero, que atraviesa nuevos mundos y que se viste con un nuevo traje corporal.
Ya sea en la metáfora del dios mensajero, del trovador o del arlequín espacial, todos conllevan implícitamente la importancia de la comunicación, de la transferencia y la experiencia.
En la figura de Michel Serres se aplican visiblemente todos estos conceptos, ya que desde su niñez viajó junto a su padre (ligado al mundo marítimo), luego en la marina francesa para más tarde recorrer el mundo, enseñando en lugares como Australia, Estados Unidos y Chile. Pero más interesante aún, es relacionar la figura de este arlequín o trovador del conocimiento con el rol del inmigrante en la actualidad.
Un profesor de inter-culturalismo de la Universidad Ca Foscari de Venecia comentaba en una charla hace algunos días, que un inmigrante hoy en día, es un «antesegnani». Esta palabra que no tiene traducción literal al español, hace referencia a los soldados romanos que iban antes del Signum, del estandarte que portaba el águila y que por ende comandaban la legión. Explico el término porque el concepto no tiene la misma connotación que ser un vanguardista o un precursor, sino que significa ser un soldado de elite, no el solado raso que fue obligado por su superior a comandar el frente y morir de los primeros (vanguardia) , sino que un soldado de elite, con armadura ligera para tener mayor movimiento y entrenado para luchar fuera del escuadrón y proteger el paso de la legión, explorando los nuevos terrenos o protegiendo logísticamente la avanzada de las legiones. En este inmigrante o «viajero intercultural» se pueden apreciar sutilmente, o intuir las alteraciones que vendrán en las nuevas generaciones, por la mezcla de culturas, lenguas y pensamiento que cargan en su cuerpo y pensamiento.
Ese antesegnani o precursor o espía, es el individuo que deja su pueblo, su ciudad, su nación, o su continente y se traslada hacia un futuro incierto, que en el texto de Serres se simboliza como un nadador que recorre una larga distancia marítima, donde al inicio su cuerpo tiene conciencia de estar pronto a la orilla y por ende posee cierto concepto de seguridad, pero que a un determinado punto el retorno es imposible y solo le queda seguir adelante. El individuo que llega a la otra orilla es el tercer instruido, un ser que vuelve a nacer ya que no es ni el que partió de la orilla A ni el que llegó a la orilla B, sino que un ser que pasó por el «río blanco de la conciencia». Para Serres el punto intermedio entre A y B, es un río invisible por el cual confluyen todas las ramas o direcciones de la experiencia, del conocimiento y por que no, del saber.
Esta red entre A y B «es la metáfora de una comunicación, de un vínculo o articulación que configura el mundo».
Porque es dueño de una prosa que te envicia de manera magnética, porque tiene infinitas ideas y citas provenientes de diferentes ramas de la ciencia, el arte o la filosofía y porque sobre todo dice las cosas con una claridad y lucidez escalofriantes, recomiendo e invito a que investiguen, lean, busquen en youtube sus entrevistas o su documental El viaje enciclopédico.
Michel Serres es uno de los grandes pensadores de nuestros tiempos, su respeto hacia la naturaleza, su visión de la vida y la muerte y sus estudios sobre el conocimiento, lo convierten para mi, en un antesegnano por antonomasia.
Les dejamos este archivo para descargar en formato PDF con una traducción inédita en castellano de The Troubadour of Knowledge. En la imposibilidad de encontrar este libro en nuestro idioma, nos propusimos traducir el inicio del libro con el fin de que su prosa llegue a gente que jamás ha tenido la oportunidad de conocer esta obra. Es solo el prólogo y los cuatro primeros capítulos, que servirán para adentrarse en el mundo de Michel Serres y entender con sus propias palabras su visión del conocimiento. Además, el texto «La Epistemología de la Comunicación en Michel Serres«, un paper de la Universidad UNAM de México que resume las bases del pensamiento del filósofo francés.
25 noviembre 2012
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