Una propuesta estética para la nueva Constitución

Este año los chilenos nos aprontamos a aceptar o rechazar una nueva Constitución, por lo cual es de suma importancia que los primeros principios fundamentales sean de unánime acuerdo y que nos logre identificar como nación, y ojalá que nos lleguen incluso a emocionar.

Una de las cosas que más recuerdo de la televisión italiana en el tiempo que vivía en Bolonia, fue cuando Roberto Benigni hizo un monólogo con los primeros doce principios fundamentales de la constitución italiana, fue un espectáculo memorable transmitido por la televisión estatal un sábado por la noche (horario prime), la obra se llamaba “La più bella del mondo”, ya desde el título nos hacía entender de qué iba la obra.

“L`Italia é una Repubblica democratica, fondata sul lavoro”

“Italia es una República democrática fundada sobre el trabajo” señala el primer párrafo de la constitución italiana.

 

En la época en que me encontraba viviendo en Italia el país sufría una gran crisis económica al igual que toda la Unión Europea, y se estaban fijando nuevos impuestos y medidas económicas e incluso la ministra del trabajo en una mítica conferencia de prensa se larga a llorar cuando declara que una de las medidas era subir la edad de los pensionados, era un momento donde todo parecía perdido, en esa oscuridad sale este monólogo casi recordando el espíritu con el cual los italianos habían fundado casi setenta años atrás su Constitución (promulgada el año 1948).

Pero más allá de la crítica que hacia Benigni, el personaje se centraba principalmente en la belleza de esos primeros doce principios fundamentales, para él eran simplemente poesía, poesía que contenía la esencia de una naciente república con  grandes aspiraciones democráticas, y claro esto lo iba combinando con una ácida critica a la actualidad pero siempre tomando como punto de partida las enmiendas de la constitución.

Aquí el punto es el siguiente, la mayoría de los italianos se conoce al revés y al derecho los primeros puntos de su Carta Magna, y por esto mismo da para crear un monólogo y más encima un monólogo hecho para la TV, en nuestro país Chile dudo que la mayoría, ni siquiera la mitad de los ciudadanos nos sepamos de memoria los primeros diez o cinco o tres principios fundamentales de nuestra Constitución vigente, y tal vez una razón de peso sea que la italiana data de 1948,  ya que antes solo existía una carta del Rey donde se declaraba una monarquía institucional y esto marcaba un nacimiento republicano, mientras que la chilena es de la década lee 1980 y fue redactada en un periodo de dictadura militar. 

Este año 2022 todos los inscritos en el sistema electoral tendremos que acercarnos a sufragar y decidir si estamos de acuerdo o no con la redacción que los constituyentes están creando por estos días, y para eso obviamente todos tendremos que conocer al menos parte de ese texto y al menos los primeros principios, que de seguro nos quedarán marcados en la retina por un buen tiempo.

Por eso he pensado -y espero que no sea el único- en que tenemos que cargar de sentido esos primeros principios fundamentales, sobre todo los que nos jactamos (yo el primero) de vivir en un país de poetas y poetizas, con dos premios Nobel de Literatura ni mas ni menos. Por esta razón comencé a pensar en que una vez estén los puntos más importantes listos, sería ideal que estos se entregaran a poetas, escritores o especialistas en el mundo de las letras para que redacten de una forma tal, que sea capaz de generar una emoción al momento de leerla, esto por ser una Carta Magna que nos debe convocar a todos y a todas y por que es un momento único en nuestra Historia. Sería muy triste comenzar a leer y encontrarse con una especie de código civil, sin espíritu, sin alma, sobre todo después de todo que lo ha hecho el país para poder llegar hasta este punto.

También porque hasta el mejor de los escritores tiene un editor que se encarga de reunir, compaginar, corregir y por qué no, embellecer ciertos tramos de un manuscrito. Y sobre todo en este caso que será una obra creada por diferentes manos.

En base a esto me he auto impuesto idear ciertas propuestas para estos primeros principios, que no son propuestas de contenido (eso se los dejamos a los constituyentes) mas bien de un símbolo o algo que nos identifique como coterráneos en ese inicio de tan importante texto.

Pienso por ejemplo en que la primera enmienda sea en una lengua indígena, para que todos al menos aprendamos de memoria un verso de mapudungun por ejemplo, esto como un respeto a los primeros habitantes de nuestras tierras y un aprecio por su cultura y tradición oral. En este punto se me viene a la mente el profesor Gastón Soublette, estudioso de los pueblos originarios, cuando comentaba el grito de guerra del pueblo mapuche:

“IÑCHE KAI CHE» / El HOMBRE PERMANECE.

Este no es cualquier grito de guerra, ya que posee un profundo mensaje y es el que aunque combatamos, aunque nos matemos los unos a los otros, seguiremos siendo Hombres, seres humanos, o esa nuestra esencia sigue siendo la misma. Esto llevado a la convención me hace pensar en que en esas cuatro paredes, en esos comités donde hay gente de muy diferentes pensamientos y tendencias políticas, se podrán pelear, discutir, pero seguimos siendo todos ocupantes de un mismo territorio llamado Chile.

Otra idea sería la de incorporar algún verso de uno de nuestros grandes poetas o creadores nacionales, pienso tal vez en algún poema de Gabriela Mistral o Pablo Neruda, o en un trozo de canción de Violeta Parra o un poema de Vicente Huidobro o Nicanor Parra, algo que nos una y nos identifique como nación y que sea capaz de hacernos sentir orgullosos de la tierra en que nacimos.

De todos los nombrados anteriormente creo que la corre con ventaja es Gabriela Mistral, ya sea por su profundidad y por su amor a esta tierra y sobre todo por su alma latinoamericana, sería como dejarla como una madre espiritual, cultural y por qué no ahora política. O buscar algún poema que hable de lo que sin duda a todos nos hace sentir orgullosos de esta tierra que es su hermosa y variada geografía.

Siguiendo en el plano artístico las ideas pueden fluir en un río extenso, porque tenemos muchas creaciones bellísimas en nuestras letras y también música, por ejemplo pienso en una  performance de folclore con los Jaivas interpretando Alturas de Machupichu (que son poemas de Neruda) y que en  base a estos compases se vayan generando las primeras enmiendas o que la estructura sea un poema en  descenso como el viaje del Altazor, que va desde lo más elevado (principios más generales) a la desintegración de la lengua castellana (final de la Consitución anterior). En fin, acá las opciones son infinitas.

Sea cual sea el resultado final, creo fehacientemente que el éxito de esta Constitución está en las manos de todos nosotros, desde el primer momento que fuimos a votar por su creación, luego al votar por los que la conforman y al momento de leerla que tendremos que aceptarla o rechazarla, esto último seria un gran fracaso porque además de permanecer con la antigua, perderíamos una gran opción, por esto la forma en que se escriba y el sentido que encontremos en esas primeras letras tiene que ser muy pensado, meditado, estudiado y embellecido, porque además tiene que contar con la aprobación general de todos los chilenos y chilenas, ya que cualquier referencia a un determinado grupo puede crear un peligroso desequilibrio.

Y ahora para cerrar, dejo una última idea en el tintero, llamar a un escritor o escritora consagrada para que se encargue de la edición de la Carta Magna o al menos de sus primeros puntos, nombres hay muchos pero a mi al menos se me me vienen dos a la mente, el primero  es un escritor que ha tenido la capacidad de vender miles de libros tocando un tema que no suele ser un best sellar ni mucho menos en nuestro país como la Historia de Chile y además resulta que es uno de los constituyentes, es el Sr. Baradit. La segunda que se me viene a la mente es una escritora que ha vendido millones de libros a nivel internacional, que ha maravillado al mundo con sus historias, creándose películas y series basadas en sus historias, que es nada mas y nada menos que la gran escritora Isabel Allende.

Sea cual sea el resultado, espero que lo que acabo de escribir llegue al menos a uno de los señores y señoras constituyentes y piensen en la gran importancia que tiene la edición de este documento, porque al final querámoslo o no, al igual que la Biblia, el Talmud o el código de Hammurabi, va a ser un texto literario, pero no cualquier texto, sino que uno que va a conducir el Chile de las próximas generaciones.

 

Rodrigo Ertti. 

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