Uno de los tesoros póstumos que nos regaló la obra de Bolaño y uno de los últimos en ser publicados por su antigua casa editorial Anagrama, antes de que el editor Jorge Herralde la vendiera y con ella la obra de Bolaño pasara a nuevas manos.
Tengo serios problemas para clasificar este libro, ya que podría asegurar que es uno de los mejores en la obra de Bolaño, más aún, es el más esclarecedor de su «universo narrativo», es la llave del portal, el eslabón perdido de 2666, y que mezcla personajes de Putas asesinas y Llamadas telefónicas y la ya nombrada 2666, la razón es clara, lo escribió el autor allá por los años 80, mucho antes de publicar todas estas obras.
Pero aún así, creo que es un libro que por ningún motivo hubiese dejado Bolaño que lo publicaran. Porque pareciera ser la fuente de su narrativa, la fuente de donde se inspiró sobre todo para configurar su novela Póstuma 2666.
A la misma vez que me siento mal por él, me siento infinitamente agradecido con la publicación de este libro, ya que nos devela grandes secretos del autor, no de su vida porque esos se desvelan en toda su obra, sino que en los secretos que tenía guardados en un baúl bajo siete llaves, o mejor dicho en su computador antiguo que era donde dejó esos archivos que aún nos regalan estas joyas perdidas.
Descubrir por ejemplo la verdadera historia del profesor de literatura chileno Amalfitano y su hija Rosa, la razón de por qué llega al desierto de Sonora, la historia también del mago francés que encuentra en una presentación en un local de mala muerte, que nos abre los ojos y nos liga con la historia del Archimboldi de 2666.
Acá tenemos que hacer un stop, esto es en literatura lo que se llama una gran traición, ya que en este relato Archimboldi era un mago francés, o un escritor francés, o un francés común y corriente que se ganaba la vida haciendo magia, (o sea da lo mismo si es escritor o mago).
Resulta que este es el personaje en cual se basó para crear a nuestro querido, malvado y oscuro Beno Von Archimboldi, y que además aparece como un mago en la “parte de los críticos” pero se percatan que nada tiene que ver con su escritor de culto que buscaban por el mundo.
¿O tal vez sea el mismo Archimboldi o si uno distinto cuál es el verdadero? ¿el de origen prusiano o el de origen francés?
La respuesta no la tendremos jamás, y eso hace que ni Bolaño, ni 2666 ni este libro que ahora comento, decaiga en lo más mínimo, sino que al contrario se agrande hasta las más elevadas magnitudes.
Es sin duda un regalo editorial, un regalo a todos los seguidores de Bolaño, y a todos ellos que no los dejaba dormir ciertos pasajes de su última gran obra escenificada en la ciudad imaginaria de Santa Teresa.
Un libro que da nostalgia terminarlo, de verdad estuve a punto de la emoción cuando llegué a la última página, porque no era sólo la última página de un libro, sino que la última página de un autor que luchó contra viento y marea para dedicarse a lo que de verdad amaba.
Un autor que abrió un camino a las nuevas generaciones hispanoparlantes, un autor que hizo reír y llorar, que nos recordó que por más civilizados y consumistas que seamos, seguimos perteneciendo a un mundo marginal,
que aunque algunos pocos tengan un buen vivir, hasta que el último ínfimo ser de nuestro continente americano no tenga las regalías y los mismos derechos de todos, hasta que no despojemos la violencia de nuestros países, seguiremos siendo tercer mundo.
Se cierra el capítulo de los Sin sabores del verdadero policía, y así se baja el telón a la gran obra del mejor novelista latinoamericano de los últimos tiempos, tal vez el último gran novelista del planeta Tierra.
Título: Los sinsabores del verdadero policía
Autor: Roberto Bolaño
Año de primera publicación: 2011
Editorial: Anagrama
páginas: 323